No más viernes solitarios
Tu amor es tan medido,
tan de lunes a jueves,
que parece un contrato
precario y sin sentido.
Tu amor como una llama,
como un volcán huido,
como un géiser con monos,
como un cielo tupido
de estrellas vergonzosas...
Yo había llegado a amarte
sin miedo, a plazo fijo,
hasta que descubrí tu problema del viernes.
Entonces he pensado que tal vez para ti
las cosas serias tienen tan sólo cuatro días,
cuatro tan sólo, amor, así lo he comprendido:
cuatro para soñar, y para tener hijos...
Cuatro para tenerte y para estar unidos.
Pero yo tengo el cuatro para preliminares,
las cosas buenas, fuertes, las doy al quinto día...
Lo siento, corazón, el acuerdo se rompe,
han quedado las partes para verse otro día.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
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