Aquí donde me ves,
no soy quien piensas,
te estoy llamando a gritos desde adentro,
te miro y te sonrío
y no me oyes
pero por dentro grito, hasta que tiemblas.
Aquí donde me ves,
nada imaginas,
de estos largos lamentos de mi alma,
de esta mano que agito sin respuesta
cuando te digo adiós y me despido
con la sonrisa viva,
el alma muerta.
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