No más viernes solitarios
Tu amor es tan medido,
tan de lunes a jueves,
que parece un contrato
precario y sin sentido.
Tu amor como una llama,
como un volcán huido,
como un géiser con monos,
como un cielo tupido
de estrellas vergonzosas...
Yo había llegado a amarte
sin miedo, a plazo fijo,
hasta que descubrí tu problema del viernes.
Entonces he pensado que tal vez para ti
las cosas serias tienen tan sólo cuatro días,
cuatro tan sólo, amor, así lo he comprendido:
cuatro para soñar, y para tener hijos...
Cuatro para tenerte y para estar unidos.
Pero yo tengo el cuatro para preliminares,
las cosas buenas, fuertes, las doy al quinto día...
Lo siento, corazón, el acuerdo se rompe,
han quedado las partes para verse otro día.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
En este blog comparto poesía, como una de las manifestaciones del arte que más llegan al corazón de los lectores. La poesía sensibiliza, abre puertas, ensancha el conocimiento por medio de la imagen, nos ayuda a ver un mundo más allá de lo aparente. Diana Ivizate
Tu lenguaje es tu signo
La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate
viernes, 31 de enero de 2014
miércoles, 29 de enero de 2014
El amor empieza en una parada de autobús
Eva en la parada
esperando ese vehículo
que la trasladará a ninguna parte,
ese transeúnte que saluda
y entabla una conversación
cada vez más trascendente.
Pregunta por su vida y por su nombre
y encuentra en cada cosa
nimia
un símbolo sagrado.
Ese hombre del pasado
que ya no lleva jaba
ni espejuelos colgando,
ni un boli en el bolsillo
para anotar sus datos
y llamar
y llamar
a casa sin motivos
aparentes.
(Diana María Ivizate González, Eva en el páramo. Paisajes de mujer / Womanlands. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
esperando ese vehículo
que la trasladará a ninguna parte,
ese transeúnte que saluda
y entabla una conversación
cada vez más trascendente.
Pregunta por su vida y por su nombre
y encuentra en cada cosa
nimia
un símbolo sagrado.
Ese hombre del pasado
que ya no lleva jaba
ni espejuelos colgando,
ni un boli en el bolsillo
para anotar sus datos
y llamar
y llamar
a casa sin motivos
aparentes.
(Diana María Ivizate González, Eva en el páramo. Paisajes de mujer / Womanlands. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
martes, 28 de enero de 2014
Siluetas
Las siluetas
La gente pasa y pasa...
hacia charcos lejanos que palpitan
debajo de la lluvia
y nada los detiene,
ni el gato que de repente sale de un latón de basura,
ni sus ojazos de noche impredecible,
ni su lamento gris mojado que nos lleva
hacia sábanas blancas pobladas de siluetas:
una silueta alegre, otra morada,
siluetas escondidas, sigilosas;
una silueta muerde suavemente una naranja verde,
y todas las siluetas la persiguen,
hasta tenerle.
(Diana María Ivizate González, Ocultas fragancias que golpean, Valencia, Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
La gente pasa y pasa...
hacia charcos lejanos que palpitan
debajo de la lluvia
y nada los detiene,
ni el gato que de repente sale de un latón de basura,
ni sus ojazos de noche impredecible,
ni su lamento gris mojado que nos lleva
hacia sábanas blancas pobladas de siluetas:
una silueta alegre, otra morada,
siluetas escondidas, sigilosas;
una silueta muerde suavemente una naranja verde,
y todas las siluetas la persiguen,
hasta tenerle.
(Diana María Ivizate González, Ocultas fragancias que golpean, Valencia, Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
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