La noche
Oh, bosque, no me tragues,
no me encierres en ti,
es horrible ese abrazo de tus ramas,
es horrible esta noche indiferente,
tus aguas que me llaman,
tus feroces panteras en la noche...
Es horrible y no puedo
evitar abrazarte cada árbol,
apretarme tus hojas contra el pecho,
huir,
huir de mí y hallar tus flores,
tus leopardos callados y tu luna.
(Diana María Ivizate González, Ocultas fragancias que golpean)
En este blog comparto poesía, como una de las manifestaciones del arte que más llegan al corazón de los lectores. La poesía sensibiliza, abre puertas, ensancha el conocimiento por medio de la imagen, nos ayuda a ver un mundo más allá de lo aparente. Diana Ivizate
Tu lenguaje es tu signo
La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate
sábado, 7 de diciembre de 2013
Yo seré fuerte
POEMA LIX
Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te
digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes
mil años.
Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ¿A
qué luchar, si lucharías en vano?
Yo seré fuerte por ti. Con tus claudicaciones voy a fabricarme
una montaña, y me sentaré en la cumbre a esperarte.
No temas que sienta el miedo de la noche o que el frío me
arredre. No hay invierno más frío que mi invierno ni noche
más profunda que mi noche...
¡Yo soy quien va a congelar el viento y a oscurecer la
tiniebla!
De veras te digo que sigas tu camino, que para esperarte
tendré la inmovilidad de la piedra. O más bien la del árbol,
agarrado a la tierra rabiosamente.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te
digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes
mil años.
Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ¿A
qué luchar, si lucharías en vano?
Yo seré fuerte por ti. Con tus claudicaciones voy a fabricarme
una montaña, y me sentaré en la cumbre a esperarte.
No temas que sienta el miedo de la noche o que el frío me
arredre. No hay invierno más frío que mi invierno ni noche
más profunda que mi noche...
¡Yo soy quien va a congelar el viento y a oscurecer la
tiniebla!
De veras te digo que sigas tu camino, que para esperarte
tendré la inmovilidad de la piedra. O más bien la del árbol,
agarrado a la tierra rabiosamente.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
martes, 3 de diciembre de 2013
El amor imposible
POEMA CIII
Como este río que a ningún lado ha de llegar y sigue
andando, yo me quedé en la vida, amado mío, yendo hacia ti.
Yendo hacia ti por un camino que era siempre más largo que
mi agua, aunque mi agua no se acabara nunca y fuera el
corazón quien la empujara.
He vivido mi muerte y he muerto mi vida yendo hacia ti,
tanteando tinieblas, confundiendo rastros.
Como este río, sí... Como este río lento y ciego que no
puede detenerse ni volverse atrás, ni desatarse de la piedra
donde nació.
Distancia de río ha sido nuestra distancia: la que no se acorta
aunque yo camine todo el día, y toda la noche, y toda la
vida.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
Como este río que a ningún lado ha de llegar y sigue
andando, yo me quedé en la vida, amado mío, yendo hacia ti.
Yendo hacia ti por un camino que era siempre más largo que
mi agua, aunque mi agua no se acabara nunca y fuera el
corazón quien la empujara.
He vivido mi muerte y he muerto mi vida yendo hacia ti,
tanteando tinieblas, confundiendo rastros.
Como este río, sí... Como este río lento y ciego que no
puede detenerse ni volverse atrás, ni desatarse de la piedra
donde nació.
Distancia de río ha sido nuestra distancia: la que no se acorta
aunque yo camine todo el día, y toda la noche, y toda la
vida.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
Dulce tarde de invierno
Desprendimiento
Dulzura de sentirse cada vez más lejano.
Más lejano y más vago... Sin saber si es porque
las cosas se van yendo o es uno el que se va.
Dulzura del olvido como un rocío leve
cayendo en la tiniebla...Dulzura de sentirse
limpio de toda cosa. Dulzura de elevarse
y ser como la estrella inaccesible y alta,
alumbrando en silencio...
¡En silencio, Dios mío!
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
Dulzura de sentirse cada vez más lejano.
Más lejano y más vago... Sin saber si es porque
las cosas se van yendo o es uno el que se va.
Dulzura del olvido como un rocío leve
cayendo en la tiniebla...Dulzura de sentirse
limpio de toda cosa. Dulzura de elevarse
y ser como la estrella inaccesible y alta,
alumbrando en silencio...
¡En silencio, Dios mío!
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
domingo, 1 de diciembre de 2013
Virginia Woolf
Introducción
Virginia Woolf mostró a lo largo de su obra un gran interés por las condiciones de vida desconocidas de las mujeres, por sus pensamientos y actitudes creativas en un espacio reducido donde sus mentes apenas podían volar, atadas por los convencionalismos y por el orden impuesto a su sexo. En varios ensayos, Woolf expresó la necesidad de revelar ese "país oscuro" del pensamiento de las mujeres. Este libro se propone delinear los espacios de conciencia y lenguaje aportados por Woolf para el género femenino, pasando necesariamente por el condicionamiento social y psicológico de la experiencia como cuerpo.
Ver más en: Diana María Ivizate González, Virginia Woolf. La experiencia como cuerpo, lenguaje y conciencia. Editorial Letra Capital, Valencia, 2013.
Virginia Woolf mostró a lo largo de su obra un gran interés por las condiciones de vida desconocidas de las mujeres, por sus pensamientos y actitudes creativas en un espacio reducido donde sus mentes apenas podían volar, atadas por los convencionalismos y por el orden impuesto a su sexo. En varios ensayos, Woolf expresó la necesidad de revelar ese "país oscuro" del pensamiento de las mujeres. Este libro se propone delinear los espacios de conciencia y lenguaje aportados por Woolf para el género femenino, pasando necesariamente por el condicionamiento social y psicológico de la experiencia como cuerpo.
Ver más en: Diana María Ivizate González, Virginia Woolf. La experiencia como cuerpo, lenguaje y conciencia. Editorial Letra Capital, Valencia, 2013.
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