POEMA LIX
Te digo que sigas tu camino sin el temor de perderme. Te
digo que has de encontrarme cuando vuelvas, aunque tardes
mil años.
Pues que eres débil y te empuja la vida, ve donde te lleve. ¿A
qué luchar, si lucharías en vano?
Yo seré fuerte por ti. Con tus claudicaciones voy a fabricarme
una montaña, y me sentaré en la cumbre a esperarte.
No temas que sienta el miedo de la noche o que el frío me
arredre. No hay invierno más frío que mi invierno ni noche
más profunda que mi noche...
¡Yo soy quien va a congelar el viento y a oscurecer la
tiniebla!
De veras te digo que sigas tu camino, que para esperarte
tendré la inmovilidad de la piedra. O más bien la del árbol,
agarrado a la tierra rabiosamente.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
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