Culpable o inocente
Bésame sobre el paso en el acantilado,
calcula la distancia entre el abismo y yo,
¿qué te lleva más lejos? ¿qué te incita a perderte?
Puedes amarme ahora, puedes decir que no.
Yo no te obligo, claro, sólo ofrezco mi boca,
sedienta y entreabierta despierta tus instintos.
Debes negar la culpa que habita en tu mirada,
cada vez que me miras cometes un delito,
cada vez que me piensas, pecas con toda el alma.
Elije entre nosotras,
la eterna culpa y yo.
(De mi libro: Hallar el sitio. Miami, Editorial Homagno, 2008)
En este blog comparto poesía, como una de las manifestaciones del arte que más llegan al corazón de los lectores. La poesía sensibiliza, abre puertas, ensancha el conocimiento por medio de la imagen, nos ayuda a ver un mundo más allá de lo aparente. Diana Ivizate
Tu lenguaje es tu signo
La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate
sábado, 30 de noviembre de 2013
Déjale marchar
Las alas
Duende espera a mañana, por favor,
mañana salgo de mi caparazón,
romperé tus amarras y le diré al verdugo
que no te obligue más a este paisaje,
te secaré los ojos
y te pondré las alas.
Te amaré cerca o lejos de tus viejos grilletes
y besaré tu vuelo que de infeliz detuve,
mientras tejo.
(Ocultas fragancias que golpean. Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
Duende espera a mañana, por favor,
mañana salgo de mi caparazón,
romperé tus amarras y le diré al verdugo
que no te obligue más a este paisaje,
te secaré los ojos
y te pondré las alas.
Te amaré cerca o lejos de tus viejos grilletes
y besaré tu vuelo que de infeliz detuve,
mientras tejo.
(Ocultas fragancias que golpean. Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
viernes, 29 de noviembre de 2013
El regreso
El regreso
A la memoria de mi padre
Has de volver,
¿quién osa prohibirlo?,
a la ferviente lentitud del río,
a las palmas en fila que saludan
tus idas y venidas desde siempre,
palmas premonitorias que avisaban
el adiós inminente,
pero también la vuelta que es ahora tu vida para siempre,
y vuelves con los ojos, con los dedos,
con la alta frente
que coronas de espinas y tabaco,
tabaco ardiente.
(Ocultas fragancias que golpean. Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
A la memoria de mi padre
Has de volver,
¿quién osa prohibirlo?,
a la ferviente lentitud del río,
a las palmas en fila que saludan
tus idas y venidas desde siempre,
palmas premonitorias que avisaban
el adiós inminente,
pero también la vuelta que es ahora tu vida para siempre,
y vuelves con los ojos, con los dedos,
con la alta frente
que coronas de espinas y tabaco,
tabaco ardiente.
(Ocultas fragancias que golpean. Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
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