Domar la bestia
En la linde entre el fuego y la ceniza,
más cerca del volcán y de la noche,
una mujer serenamente se reclina
a aceptar su destino.
Mientras pasan caballos azorados
que galopan
al sentir el latido
frenético en el pecho de la mujer paciente
que ve pasar las horas.
En la linde entre el fuego y el fuego
una mujer callada se apacigua
y reduce el galope de la bestia
que asustada reclina
la cabeza en el seno que la acoge
y así olvida.
(Diana María Ivizate González, Hallar el sitio)
En este blog comparto poesía, como una de las manifestaciones del arte que más llegan al corazón de los lectores. La poesía sensibiliza, abre puertas, ensancha el conocimiento por medio de la imagen, nos ayuda a ver un mundo más allá de lo aparente. Diana Ivizate
Tu lenguaje es tu signo
La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate
sábado, 21 de diciembre de 2013
Un canto a la amistad
El paño de la Verónica
He visto en mis amigos el paño de Verónica,
me han dado a beber agua,
han velado por mí.
Y ahora que me levanto
nuevamente a la vida
siento que el dolor cósmico,
la sed de cualquier hombre,
la mirada perdida de todo navegante
de pateras
habla conmigo,
se dirige a mí.
He visto en mis amigos una eterna memoria
que me ha sido grabada:
el hombre a solas con la piedad del hombre,
Dios mirando a lo lejos
que camina la fe.
Y ahora que me levanto,
esta preciada carga es todo cuanto tengo
y reverencio:
la memoria de aquellos,
que va conmigo,
allí donde algún hombre tenga sed.
(Diana María Ivizate González, Hallar el sitio)
He visto en mis amigos el paño de Verónica,
me han dado a beber agua,
han velado por mí.
Y ahora que me levanto
nuevamente a la vida
siento que el dolor cósmico,
la sed de cualquier hombre,
la mirada perdida de todo navegante
de pateras
habla conmigo,
se dirige a mí.
He visto en mis amigos una eterna memoria
que me ha sido grabada:
el hombre a solas con la piedad del hombre,
Dios mirando a lo lejos
que camina la fe.
Y ahora que me levanto,
esta preciada carga es todo cuanto tengo
y reverencio:
la memoria de aquellos,
que va conmigo,
allí donde algún hombre tenga sed.
(Diana María Ivizate González, Hallar el sitio)
viernes, 20 de diciembre de 2013
Recuerdos de la infancia
Eva en el patio
mirando las hormigas
pasándose saludos con enigmas.
Juntando las muñecas
para una clase gris de matemáticas,
donde más de un horror
habrá triunfado.
Eva sin luz,
asida a la madera del portal,
mirando al agua
del río que no cesa,
dormida por el vendaval,
acunada por Dios
y la inocencia.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands)
mirando las hormigas
pasándose saludos con enigmas.
Juntando las muñecas
para una clase gris de matemáticas,
donde más de un horror
habrá triunfado.
Eva sin luz,
asida a la madera del portal,
mirando al agua
del río que no cesa,
dormida por el vendaval,
acunada por Dios
y la inocencia.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands)
jueves, 19 de diciembre de 2013
Un cuadro de Rousseau
Eva en el sueño
de Rousseau,
con cara de Tahitiana,
dejándole el silencio a la pantera,
escuchando a la selva
y sus premoniciones,
ensayando una siesta
cerca de los leones.
Esperando al abanicador
por excelencia.
Aspirando el olor de aquellas flores
que hieren la espesura,
y la música lenta
de una tribu que llega
a venerarla
cuando sube la luna.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands)
de Rousseau,
con cara de Tahitiana,
dejándole el silencio a la pantera,
escuchando a la selva
y sus premoniciones,
ensayando una siesta
cerca de los leones.
Esperando al abanicador
por excelencia.
Aspirando el olor de aquellas flores
que hieren la espesura,
y la música lenta
de una tribu que llega
a venerarla
cuando sube la luna.
(Diana María Ivizate González, Paisajes de mujer / Womanlands)
miércoles, 18 de diciembre de 2013
Para amar, es preciso ser valiente
Precio
Toda la vida estaba
en tus pálidos labios...
Toda la noche estaba
en mi trémulo vaso...
Y yo cerca de ti,
con el vino en la mano,
ni bebí ni besé...
Eso pude: Eso valgo.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
Toda la vida estaba
en tus pálidos labios...
Toda la noche estaba
en mi trémulo vaso...
Y yo cerca de ti,
con el vino en la mano,
ni bebí ni besé...
Eso pude: Eso valgo.
(Dulce María Loynaz, Poemas escogidos)
domingo, 15 de diciembre de 2013
Las tristezas indómitas
Las tristezas indómitas
estuvieron aquí esta tarde,
un airecillo húmedo las precedió...
Se colgaron del techo y de la lámpara,
lo registraron todo:
viejos muebles, canciones,
despertares soñados y limbos angustiosos;
le cortaron las alas a todo y descubrieron
aquella alegría muerta debajo del sofá.
Yo me quise esconder en el armario,
y también me llevaron.
(Diana María Ivizate González, Hallar el sitio)
estuvieron aquí esta tarde,
un airecillo húmedo las precedió...
Se colgaron del techo y de la lámpara,
lo registraron todo:
viejos muebles, canciones,
despertares soñados y limbos angustiosos;
le cortaron las alas a todo y descubrieron
aquella alegría muerta debajo del sofá.
Yo me quise esconder en el armario,
y también me llevaron.
(Diana María Ivizate González, Hallar el sitio)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)