Tu lenguaje es tu signo

La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate

domingo, 23 de agosto de 2015

LA MUSA MALA

Es oscura la noche, la luna brilla,
la musa mala avanza por la orilla...
Por la orilla del Nilo mira asustada
cómo se le adelanta la madrugada.
Para amar al poeta bastan las sombras,
el viento enloquecido la llama Alondra.
¿Qué precisas de mí, alma de bronce?
Un traguito de Anís y un nuevo nombre.
Te llamaré Casandra o Luz de luna...
¿Y cómo nombrarás a mi cintura?
La llamaría roca o acantilado.
Esos nombres, poeta, son de mi agrado.
¿Y cómo llamarías mis ojos pardos?
Ojos fieros, mi musa, de leopardo.
Continúa nombrando, poeta imberbe,
mientras yo en tu cabeza logro meterme.
Te nombro mi perversa sacerdotisa
y siento que mi mente vuela de prisa.
Es preciso que vuele, poeta desnudo,
tengo en mis manos uno de tus seguros.
¿Te refieres al miedo a no haber vivido?
A eso también, poeta redimido.
Suelta lo que no tengas que agarrar,
el alma de un poeta debe volar...
Entonces volaremos los dos unidos
por encima del Nilo y sus cocodrilos.
Carezco de aventuras, musa lunar,
llévame a donde sea,
hazme soñar.

(Diana María Ivizate González, Desdémona regresa. Valencia, Aduana Vieja Editorial, 2015)

jueves, 25 de junio de 2015

UNA SELVA DISTANTE

Cuando me siento sola,
salgo a buscarte...
Y se mueven las hojas
de una selva distante.
Atravieso la noche
sola y descalza,
oigo ruido de fieras
y nubes altas.
Sigo algún horizonte, o algún lucero,
tengo miedo a perderme,
pero te quiero.
¿Y si sólo la selva y estar perdida
fuese la recompensa de mi vida?
Entonces vagaría en pos de un sueño,
con mis pies en el fango, dejando huellas,
para que tú las sigas, cuando puedas.
Y si ya para entonces, yo no estuviera...
Lo que siento por ti, se hizo poema,
aprendí del peligro y del dolor,
conviví con el hambre, por amor.
El viaje es lo importante: yo te abrazaba,
sintiéndote en mis brazos cada paso que daba.
Si algún día sufrieras este frío,
este viaje a lo oscuro, estos rugidos
de las fieras ocultas tras la luna,
piensa que por aquí pasé primero,
y que arriesgué mi vida
como ninguna.
(Diana María Ivizate González, Desdémona regresa. Valencia, Aduana Vieja Editorial, Colección Palabras Mayores, 2015)

sábado, 20 de junio de 2015

LA DIOSA DE ÉBANO

Y la diosa de ébano vino a mi fuente,
y las dos nos bañamos, alegremente...
Me dio a beber rocío entre sus senos,
parecía tan dulce aquel veneno...
Tendí sobre la hierba su cuerpo hermoso,
y recogí las flores con tanto gozo
que le hicieron cosquillas al colocarlas
en sus preciosas manos,  y en su espalda.
Bebimos de la noche sus ambrosías,
ella pidió quedarse toda la vida,
y le dije bajito: "ya anochece,
déjame que te bese,
déjame que te bese".
Probé otra vez la flor y su fragancia,
temblé toda la noche
tocando el arpa...
Descubrió los secretos que había escondido:
estaban justo debajo de mi ombligo.
Yo le pedí quedarme toda la vida,
y me dijo bajito: "amanece, querida".
(Diana María Ivizate González,  DESDÉMONA REGRESA. Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2015)

sábado, 13 de junio de 2015

PÍNTAME UN TEMPLO

Con tacones de aguja
entraré a tu morada...
Custodiarán la puerta
dos brujas y dos hadas.
Las miraré sonriente: "somos de por aquí",
y responderán: "pasa, que seas muy feliz".
Con ese buen augurio, te daré el desayuno,
en bandeja de plata, dos huevos duros.
Te gustará, insisto, que yo esté cerca
cuando las brujas se vayan de la puerta,
porque entrará la luna para avisarte
que en una noche oscura nació tu arte,
y yo estaré en tacones en la ventana,
mirando cómo pasa la madrugada...
Que me pintes un templo, te pediré,
y empezarás pintando por los pies...
Sintiendo esas perfectas pinceladas,
me agarraré con fuerza a la ventana,
y subirán tus ojos, junto con tu pincel,
hasta hacerme en el pecho algún clavel,
entonces yo, sedienta, te rogaré,
que me pintes aquí la torre Eiffel.
Y seguiremos juntos, toda la noche,
haciendo de tu arte dulce derroche...
Los tacones de aguja lanzaré
hacia el Renacimiento,
para amarte descalza cuando en mi alma pintes
un convento.
(Diana María Ivizate González, DESDÉMONA REGRESA. Valencia, Aduana Vieja Editorial. Colección Palabras Mayores, 2015)

viernes, 5 de junio de 2015

HACES NIDO EN MIS OJOS

Dedicado a Gustavo Adolfo Bécquer

Has venido de lejos,
tienes horas de vuelo,
dichoso peregrino...
Me he posado en tus ojos,
he querido hacer nido
en lo más hondo de tus pensamientos...
Pero tú me has dormido,
con tus palabras dulces, arrullando mis sueños.
Yo era rebelde y tierna,
pasional y empeñada en amar
salvajemente...
Cuánta calma me das, qué paz me traes,
mi cuerpo se doblega a una mirada tuya,
y las manos me tiemblan,
y mi boca sonríe.
Tú me enseñaste a amar sin ataduras,
de lejos,  abrazando cada suspiro tuyo,
tomándolo en el aire entre mi boca,
¿qué más puedo pedir,  si soy feliz contigo,
dondequiera que estés porque tus brazos
se apoderan de mí,
me dulcifican,
me enseñan a sentir una caricia y otra,
en el umbral oscuro de toda la poesía?
Tus ojos como antorchas
iluminan la entrada
y yo me dejo dar la bienvenida...
Entro al palacio de las almas amantes
de tu mano,  mi vida,
entro al milagro de lo desconocido,
bebo de tu sonrisa néctares y ambrosías.
Y ya no siento miedo,  la noche es toda mía.
Haces nido en mis ojos, y sé que volverán...
Oscuras golondrinas.
(Diana María Ivizate González,  DESDÉMONA REGRESA. Valencia,  Aduana Vieja Editorial.  Colección Palabras Mayores,  2015)

sábado, 30 de mayo de 2015

SI PUDIERAS AMARME

Si pudieras amarme, ¿cómo serían tus besos?
¿Arrancarías de mi pelo las flores
para olerlas oculto en tu cueva de miedo?
¿Encenderías fogatas y olorosas fragancias
esparcirías al viento?
¿Cómo te gustaría que llegara vestida,
de blanco,  o de pálido cielo?
¿Cabalgaría en caballo hasta tu puerta?
¿Cómo serían tus manos al tocar mi vestido,
al revisar mis labios y mi boca sedienta?
¿Serían manos errantes o seguras y fuertes?
¿Serían manos amables que tiemblan al quererme?
¿Cómo sería tu pecho al poner mi cabeza?
¿Sería un pecho de bronce,
bosque de niebla espesa?
¿Cómo sería tu boca?
¿Húmeda y solidaria,
acogiendo sedienta cada promesa mía?
¿Me dejarías decirte todo lo que yo siento,
o con tus ojos sabios ya lo adivinarías?
¿Me dejarías morir en tus brazos de noche,
y renacer de día?
(Diana María Ivizate González,  DESDÉMONA REGRESA. Valencia,  Aduana Vieja Editorial. Colección Palabras Mayores, 2015)

viernes, 22 de mayo de 2015

Y LAS GRULLAS VOLABAN HACIA EL SUR

Y las grullas volaban hacia el sur
Si tengo que ir al cielo,
iré contigo,
los dos en camisón, recién dormidos
tras hacer el amor,
iremos juntos, seremos elegidos...
Porque hemos amado de una forma que mata,
hemos sufrido...
Tú en un confín del mundo,
yo en el otro latido,
tan lejos y tan juntos.
Amantes de lo eterno,
rozamos inmortales lo divino...
Querer sin poseer nos ha tocado...
¿Habrá peor castigo?
¡Qué lección de vivir, mi amor,
mi amado,
muriendo cada día!
Pude sobrevivir por la poesía...
Pude darte la mano en la distancia
y sentir que me alzabas en tus brazos,
en carruajes alados me llevabas
a un lugar encantado,
sobre la hierba y el rocío besabas
mi cuerpo enamorado,
y volaban las grullas hacia el sur,
y las rosas morían...
Al sentir los quejidos del amor,
palidecían.
Marchitas se quedaron y llovió,
como nunca llovía,
sobre aquellos dos cuerpos, tú y yo,
que se querían...
La lluvia selló el paso de los días,
nos volvimos estatuas.
Abrazados los cuerpos
se besan todavía.
Las grullas vuelan hacia el sur...
(Diana María Ivizate González, DESDÉMONA REGRESA. Valencia, Aduana Vieja Editorial, Colección Palabras Mayores, 2015)

jueves, 21 de mayo de 2015

Hospitalaria...

TE SIENTO
¿Quieres venir conmigo
a mi cuarto,  extranjero?
Que quiero oler tu pelo,
que quiero oler tu pelo.
¿Cómo olerá tu frente,
cómo serán tus manos?
¿Acarician nerviosas algún lienzo
cuando empieza la noche?
¿Y cuando pasa... con todas sus estrellas titilantes,
descansan en tu pecho?
¿Cómo serán tus ojos?
¿Perdonarán amores no cumplidos,
deseos pasajeros?
¿Serán negros, profundos, y me verán por dentro?
Tengo miedo de verlos, extranjero,
tengo miedo de olerte y de besar tu pelo...
El lienzo que acaricio tiene un rostro sereno,
no parece desearme hasta que el mío vuelvo,
pero a mi espalda siento que su amor es eterno,
que habla conmigo a solas...
cuando yo estoy durmiendo.
(Diana María Ivizate González,  DESDÉMONA REGRESA. Valencia,  Aduana Vieja Editorial, Colección Palabras Mayores, 2015)

viernes, 15 de mayo de 2015

¿Por qué me amas?

¿POR QUÉ ME AMAS?
Tú me amas por ser virgen...
Pues te has equivocado,
de virgen tuve algo,
tal vez en el pasado.
Tú me amas por mis hechos
que mueven horizontes,
y no voy a negarlo,
he conquistado montes
más altos que tu orgullo.
Tú me odias porque dices
que mis sueños son tuyos
y yo te he respondido:
"son propiedad social".
Las fuerzas productivas,
tu paso terrenal,
extasiada me dejan
en busca de un final.
Sigo huellas de fango,
zapatos de Van Gogh...
Cuánto camino hizo
aquél que los calzó.
Tú me amas porque voy
a la deriva y siento
que el camino es muy largo
y voy de cara al viento.
(Diana María Ivizate González, Desdémona regresa. Valencia, Aduana Vieja Editorial, Colección Palabras Mayores, 2015)

jueves, 14 de mayo de 2015

Desdémona regresa

...Desdémona (maldita como Baudelaire, romántica como Bécquer, o mística como Tagore), sólo necesita defenderse del amor: el único culpable -si es que lo hay-, de los pecados que le achacan. Mantener desafiante la mirada del otro, que no la desnuda, sino que incapaz le rasga las vestiduras, y resistir los estigmas, las venganzas y los prejuicios de quienes piensan que debe rendir su voluntad de mujer y no expresar su hambre y su sed, sus deseos y sus ganas, sus ansias y sus vicios, sus anhelos y sus agonías...
(Diana María Ivizate González, DESDÉMONA REGRESA. Valencia, Aduana Vieja Editorial, Colección Palabras Mayores, 2015)

sábado, 9 de mayo de 2015

La bailarina española

X

El alma trémula y sola
Padece al anochecer:
Hay baile; vamos a ver
La bailarina española.

Han hecho bien en quitar
El banderón de la acera;
Porque si está la bandera,
No sé, yo no puedo entrar.

Ya llega la bailarina:
Soberbia y pálida llega:
¿Cómo dicen que es gallega?
Pues dicen mal: es divina.

Lleva un sombrero torero
Y una capa carmesí:
¡Lo mismo que un alelí
Que se pusiese un sombrero!

Se ve, de paso, la ceja,
Ceja de mora traidora:
Y la mirada, de mora:
Y como nieve la oreja.

Preludian, bajan la luz,
Y sale en bata y mantón,
La virgen de la Asunción
Bailando un baile andaluz.

Alza, retando, la frente;
Crúzase al hombro la manta;
En arco el brazo levanta:
Mueve despacio el pie ardiente.

Repica con los tacones
El tablado zalamera,
Como si la tabla fuera
Tablado de corazones.

Y va el convite creciendo
En las llamas de los ojos,
Y el manto de flecos rojos
Se va en el aire meciendo.

Súbito, de un salto arranca:
Húrtase, se quiebra, gira:
Abre en dos la cachemira,
Ofrece la bata blanca.

El cuerpo cede y ondea;
La boca abierta provoca;
Es una rosa la boca:
Lentamente taconea.

Recoge, de un débil giro,
El manto de flecos rojos:
Se va, cerrando los ojos,
Se va, como en un suspiro...

Baila muy bien la española;
Es blanco y rojo el mantón:
¡Vuelve, fosca, a su rincón
El alma trémula y sola!
(JOSÉ MARTÍ, 1853-1895)

viernes, 1 de mayo de 2015

Perfume de mujer

PERFUMADA
Me perfumé desnuda
después que tanta agua
se deslizara fresca por mi cuerpo,
el perfume en mis dedos iba tocando tersa
la piel y los hirsutos
pendientes del deseo...
Recorrí cavidades, estaciones desiertas,
montañas y recodos,
y pétalos que tiemblan
cuando tus labios tocan
y humedece tu lengua.
Y luego me tendí sobre la seda roja,
blanda y abierta,
y llegaron lacayos, y suspiraron reinas,
el rey dio jaque mate
con damas negras.
Pareció que llegabas
cuando ya yo me iba...
Entraban y salían los que lo deseaban,
el perfume embriagaba...
Los pétalos, la lengua,
la seda roja, el cielo,
las damas negras.
Ya pierdo la noción,  el orden de las cosas,
me cuesta respirar
sin pedir mariposas,
siento en toda la piel un gran revoloteo...
¿Es un delito, amor,
perfumarse el deseo?
(Diana María Ivizate González,  YO TE HE QUERIDO EN SUEÑOS.  Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2014)

sábado, 25 de abril de 2015

Una sombra en el espejo

HICE EL AMOR SIN TI
Hice el amor sin ti esta tarde, cariño,
yo misma me arranqué el corpiño,
y yo misma el dolor de no tenerte.
Besé una sombra como tú
en el espejo,
respondió su reflejo con un guiño...
Toqué en el aire un cuerpo enardecido,
que abrazó el mío.
Me dijo tantas cosas al oído...
Me confesó su amor entre sollozos,
y suspiró:
el verdadero gozo
es amarnos así,
morir de lejos,
uniendo con el cielo nuestros pasos.
Vagar hambrientos entre la multitud
y abrir los brazos
para abrazar al otro,
aunque nos llamen locos, abrazarnos,
mientras nos quema el sol, o seduce la luna,
pues después de esta vida no hay ninguna,
y dejamos pasar el calor de otros cuerpos
porque sólo los nuestros,  cuando se unan,
serán eternos.
(Diana María Ivizate González,  Desdémona regresa. Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2015)

jueves, 16 de abril de 2015

Imagen de Narciso

NARCISO HUYE DEL FUEGO DE LAS AGUAS
Narciso se ha perdido
la pasión de su imagen en la fuente.
Mira y escapa por donde mismo vino,
pero se vuelve...
Y al volverse se espera que todo lo invisible se revele
bajo el manto dorado de la noche que acecha.
Pero se vuelve...
Desconoce la sombra que aguarda,
la hoja que se desliza sobre la blanda hierba,
desconoce,
que todo puede ser en este instante revelado
si la fuente se acerca.
No precisa mirarse sobre el agua,
pues si el agua le roza es el abismo.
Se aleja...
De toda destrucción,  de todo cauce
que conduzca a las aguas cristalinas,
se aleja para siempre y se confunde
con un pájaro negro en lontananza,
un penacho de palma,
una llovizna.
(Diana María Ivizate González,  Hallar el sitio. Miami, Editorial Homagno, 2008)

domingo, 12 de abril de 2015

Un cuadro de Rousseau

EVA EN EL SUEÑO
de Rousseau,
con cara de Tahitiana,
dejándole el silencio a la pantera,
escuchando a la selva y sus premoniciones,
ensayando una siesta cerca de los leones.
Esperando al abanicador por excelencia.
Aspirando el olor de aquellas flores
que hieren la espesura,
y la música lenta
de una tribu
que llega a venerarla
cuando sube la luna.
(Diana María Ivizate González,  PAISAJES DE MUJER / WOMANLANDS. Madrid,  Editorial Verbum, 2010)

miércoles, 18 de marzo de 2015

NO SE TRATA DE POSEER...

¿POR QUÉ NO FUISTE MÍA?
¿Y por qué no quedamos para vernos un día?
Tú, en la acera del frente,
yo, al cruzar la avenida...
Los encuentros tardíos son los más deseados:
¿Por qué no te vi nunca?
¿Por qué no fuiste mía?
Dejamos para luego toda filosofía
y nos amamos ya,
tenemos prisa...
La vida se nos fue sin abrazarnos,
y si nos abrazamos,  se nos irá el tranvía.
Pero dejamos ir, dejamos que se vaya...
En un campo desierto, hagamos poesía...
Sin tráfico,  sin luces,
tu mirada y la mía iluminan las calles,
el temblor leve de mis labios te roza,
pasa un cocuyo, vuela una mariposa,
y vuelves a decir que la vida es hermosa
cuando tomas mi mano tan fuerte entre las tuyas
y lloras pronunciando:
"¿por qué no fuiste mía?"
(Diana María Ivizate González,  YO TE HE QUERIDO EN SUEÑOS.  Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2014)

sábado, 14 de marzo de 2015

Ni un crimen de Allan Poe

VOY A QUERERTE
Voy a quererte,  porque no encuentro
ni justificación ni alegoría,
ni una ley que se oponga,
ni enmienda que me salve;
ni un párrafo en la Poética de Aristóteles
para dejarte,
ni un soneto de Shakespeare,
ni un crimen de Allan Poe.
Pero quizás encuentre...
una huella en la arena,
alguna caracola con oculto sonido
que, al pegarla al oído,  grite: "debes salvarte".
Aún así es un peligro: me salvaría contigo.
Voy a quererte a ciegas
porque este amor sin tino me sigue a todas partes,
se esparce como el polen, se pega a los abrigos.
En invierno estornudo a ver si me deshago
de este amor peregrino.
En verano me agito, y te sudo, amor mío.
Eres una sustancia tan humana y divina,
que seduces a Apolo, y tientas a Afrodita.
Los dioses del Olimpo se quedaron contigo
porque eras un deseo,  y estabas prohibido.
Y yo que soy mortal... me quedaré contigo,
con el peso tremendo de un amor sin motivo.
(Diana María Ivizate González,  YO TE HE QUERIDO EN SUEÑOS.  Aduana Vieja Editorial,  2014)

jueves, 5 de marzo de 2015

Psicología de las mesas

Psicología de las mesas
                       (homenaje a Freud)

Una mesa cuadrada, pulida y objetiva,
las cuatro patas firmes, nada se tambalea,
pasan las moscas, zumban,
ni siquiera se posan, algo temen,
no es de fiar la mesa sin libros y sin migas,
ni una gota de miel para jugar,
en medio de la nada, puro significado
que espanta.
Hay que iniciar el juego de subirse y bajarse,
una mujer tendida, con sus senos que apuntan a la luna
descansa sobre ella, se baña en plata,
se mueve ansiosa de un lado para otro
de su cama improvisada
como quien busca olores escondidos,
y marca con palabras la madera que cede
bajo la punta fina de una pluma mojada:
fantasmas, evidencias, regresión y pasado,
la culpa
ya amanece y sus ojos empiezan a cerrarse
sobre la mesa fría,
pero pasa la gente que viene de algún sitio
donde la diversión ha terminado
y encuentran en la mesa un desafío,
una mujer tendida con senos afilados,
sin una sola manta,
no tirita de frío,
se observan evidencias de una noche extenuada,
pero no ha habido sexo
en medio de la nada, los deseos alientan
cuatro patas desnudas de la mesa plantada,
y la mujer suplica un poco de atención,
mientras los hombres pasan las manos tersas, sabias,
por la madera blanca.
(Diana María Ivizate González, Yo te he querido en sueños. Valencia, Aduana Vieja Editorial, 2014)



viernes, 27 de febrero de 2015

Soñadores

Acciones
Me gusta acompañar la tempestad
con acto parecido, guiada por el cielo.
Y salir luego a la estación de trenes más cercana,
parar un tren con ese aire de quien rozaba lo divino
unos minutos antes.
Bajarme en mi destino,
ver nevar…
Y tan lenta como la nieve actuar de nuevo,
en la alfombra marrón
que el fuego aviva con destellos sinuosos
cuando la noche cae
al otro lado del planeta.
Y aunque no lo desee, levantarme,
atravesar la alfombra hacia el regreso
en el tren que transporta soñadores
a su lugar de origen,
bajar en la parada de los arrepentidos
que inventan escenarios donde la acción
por unas horas triunfa,

y esperar nubarrones.
(Diana María Ivizate González, Yo te he querido en sueños. Valencia, Aduana Vieja Editorial, 2014)

sábado, 21 de febrero de 2015

El arte en las tinieblas

EL HEDONISTA
ÉL tiene el pelo corto,  rosas en la cabeza,
la mirada perdida,
labios que no han besado más que templos dichosos
donde el arte se escapa en las tinieblas.
Él es un hedonista,  un amante de todo,
un apetito estético, un romance de nácar.
¿Quién se apiada de él,  o acaso de su alma?
Ese ser vaporoso nunca promete nada,
y si promete es humo
lo que hay en su mirada...
Y sin embargo,  locas, lo amamos hacia el alba,
cuando el sol aparece, huye de nuestra cama.
Él es una presencia narcisista y malvada,
un Dorian Gray celoso,
un espejo sin nada.
(Diana María Ivizate González,  YO TE HE QUERIDO EN SUEÑOS.  Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2014)

sábado, 14 de febrero de 2015

Así es el amor

Una rosa
Creé un jardín,
y dentro del jardín: una rosa.
Si llueve, temeré por ella,
la abrigaré
con mis manos cubriendo
su hermosa tez,
si salen las estrellas,  tendré los celos
de que la alumbren toda, con sus destellos.
Desafiaré a la luna, si se le acerca,
día y noche, velando,  estaré a su puerta,
porque cuando yo duermo,  ella perfuma
las horas de mis sueños,  una a una.
Si una lágrima baja por mis pestañas,
la rosa, de un suspiro,  me la empaña,
con un pétalo suyo, luego la seca,
hace con sus espinas una muralla,
para que entren los buenos, y los malos se vayan.
Si anochece temprano, la cubriré,
con un velo rosado, protegeré...
Todo lo que la noche trae consigo,
porque yo la he creado,  y ella me espera
sobre su tallo verde,  en primavera.
Cuando el invierno llega, muere a mi lado,
y aún cuando se marchita,
nos amamos.
(Diana María Ivizate González,  Yo te he querido en sueños.  Valencia,  Aduana Vieja Editorial,  2014)

viernes, 6 de febrero de 2015

El típico día de San Valentín...

 Amores filosóficos (para matrimonios de 20 años)
No entres al baño para decirme
una frase de Jenofonte, amor,
estaré enjabonada y mis senos turgentes
no podrán contestarte…
Más tarde leeremos
el Inferno de Dante, mientras hacemos olas,
una ola que sube otra que baja…
¿Te gustan las gaviotas?
En la arena parecen divertidas:
Lucinda, Pasiflor, Luna Quebrada,
pero quieren pasar inadvertidas,
no atienden mi llamada.
Tú tampoco te bajas de la ola, parece que cabalgas…
Cabalgas hacia el sol, guerrero fuerte,
hacia el sol tu mirada,
y yo sigo en el baño y Jenofonte
me mira enjabonada.
(Diana María Ivizate González, Yo te he querido en sueños. Valencia, Aduana Vieja Editorial, 2014)


sábado, 17 de enero de 2015

La gravedad

SANTO Y SEÑA
No hicimos el amor...
Pero tus brazos
me rodearon amando lentamente,
era yo de tu cuerpo una parcela,
eras un velo gris sobre mi mente.
No hicimos el amor, pero tu lengua
me recorrió desnuda, palmo a palmo,
y yo temblé por miedo a olvidar
mi nombre y esta Era...
La gravedad del caso fue creciente:
se hundió la luna entre la primavera,
se atrajeron el mar y los paisajes
que estaban por venir, ¿cómo pudiste,
con tanta fuerza desviar el río,
cambiar el sol, poner otro planeta?
Ahora la tierra gira alrededor de ti,
y yo ya no recuerdo el santo ni la seña.
(Diana María Ivizate González, Yo te he querido en sueños. Valencia,  Aduana Vieja Editorial , 2014)