Tu lenguaje es tu signo

La poesía es un mundo que se esconde más allá de lo aparente...
Diana Ivizate

sábado, 26 de octubre de 2013

Si anhelas el pasado, aférrate al presente...

Lo evocado
es más dócil que lo vivo,
pues se puede enmendar
y hacer perfecto,
amar hasta el delirio con la imagen y el sueño,
repetir,  empezar,  dejar dormido...
Despertarlo de nuevo
cuando no hay posibilidad ninguna de volver
a aquel instante eterno,
de tocarlo y sentir cuánto pudo haber sido...
Aferrarse al recuerdo es lo seguro:
triste y hondo tal vez,  pero sin timo,
sin cataclismos que lo transformen todo en un momento,
sin riesgos para nadie,
sin temores
de descubrir un nuevo cielo abierto
y saber que la entrada está prohibida,
que la muerte es entrar...
y quedar fuera.
Aferrarse al recuerdo es lo seguro,
el peligro mayor,  lo no vivido:
no puede conciliarse, se desea,
no admite mansedumbre
ni soporta la espera.
(De mi libro Hallar el sitio, Miami, Editorial Homagno, 2008)

domingo, 20 de octubre de 2013

Morir de amor

Quiero, a la sombra de un ala,
Contar este cuento en flor:
La niña de Guatemala,
La que se murió de amor.

Eran de lirios los ramos,
Y las orlas de reseda
Y de jazmín: la enterramos
En una caja de seda.

...Ella dio al desmemoriado
una almohadilla de olor:
Él volvió,  volvió,  casado:
Ella se murió de amor.

Iban cargándola en andas
Obispos y embajadores:
Detrás iba el pueblo en tandas,
Todo cargado de flores.

...Ella, por volverlo a ver,
Salió a verlo al mirador:
Él volvió con su mujer:
Ella se murió de amor.

Como de bronce candente
Al beso de despedida
Era su frente ¡la frente
Que más he amado en mi vida!

...Se entró de tarde en el río,
La sacó muerta el doctor:
Dicen que murió de frío:
Yo sé que murió de amor.

Allí, en la bóveda helada,
La pusieron en dos bancos:
Besé su mano afilada,
Besé sus zapatos blancos.

Callado,  al anochecer,
Me llamó el enterrador,
¡Nunca más he vuelto a ver
A la que murió de amor!
(José Martí)