Si pudieras amarme, ¿cómo serían tus besos?
¿Arrancarías de mi pelo las flores
para olerlas oculto en tu cueva de miedo?
¿Encenderías fogatas y olorosas fragancias
esparcirías al viento?
¿Cómo te gustaría que llegara vestida,
de blanco, o de pálido cielo?
¿Cabalgaría en caballo hasta tu puerta?
¿Cómo serían tus manos al tocar mi vestido,
al revisar mis labios y mi boca sedienta?
¿Serían manos errantes o seguras y fuertes?
¿Serían manos amables que tiemblan al quererme?
¿Cómo sería tu pecho al poner mi cabeza?
¿Sería un pecho de bronce,
bosque de niebla espesa?
¿Cómo sería tu boca?
¿Húmeda y solidaria,
acogiendo sedienta cada promesa mía?
¿Me dejarías decirte todo lo que yo siento,
o con tus ojos sabios ya lo adivinarías?
¿Me dejarías morir en tus brazos de noche,
y renacer de día?
(Diana María Ivizate González, DESDÉMONA REGRESA. Valencia, Aduana Vieja Editorial. Colección Palabras Mayores, 2015)