EVA EN EL SUEÑO
de Rousseau,
con cara de Tahitiana,
dejándole el silencio a la pantera,
escuchando a la selva y sus premoniciones,
ensayando una siesta cerca de los leones.
Esperando al abanicador por excelencia.
Aspirando el olor de aquellas flores
que hieren la espesura,
y la música lenta
de una tribu
que llega a venerarla
cuando sube la luna.
(Diana María Ivizate González, PAISAJES DE MUJER / WOMANLANDS. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
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