El regreso
A la memoria de mi padre
Has de volver,
¿quién osa prohibirlo?,
a la ferviente lentitud del río,
a las palmas en fila que saludan
tus idas y venidas desde siempre,
palmas premonitorias que avisaban
el adiós inminente,
pero también la vuelta que es ahora tu vida para siempre,
y vuelves con los ojos, con los dedos,
con la alta frente
que coronas de espinas y tabaco,
tabaco ardiente.
(Ocultas fragancias que golpean. Editorial Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
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