EL BESO
A los desesperados les hace falta a veces una canción,
la mano que se atreve a oprimir el sudor,
necesitan la fuerza para romper la lluvia que moja cada tarde impunemente;
les hace tanta falta la vida cuando aparece despeinada
y les muestra la copa donde se sumergió...
pero lo indispensable a los desesperados, es un beso en la angustia de los ojos.
(Diana María Ivizate González, Ocultas fragancias que golpean.
Valencia, Universidad Politécnica de Valencia, 2002)
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