Debe de ser que es viernes y una se pone melancólica, pero qué mal se me da no descubrir quién es el otro. Ese que me hace sufrir y pensar, como una tonta, que el amor verdadero está ahí afuera, esperándome, que me sonríe, y que yo simplemente no lo veo. Os dejo este poema para pasar la noche.
Eva y su circunstancia
La maldita circunstancia del agua por todas partes.
V. P.
El agua por todas partes,
la sed,
las ganas potenciadas
por la sed y el agua,
la luz cuando declina
violenta en su interior,
los eclipses.
Su obsesión por la luna,
la mirada del otro,
las caricias del otro y su entelequia
y la respiración que se dispara
a un ritmo que la vierte en el vacío,
líquida ya,
sustancia ávida
de otras transmutaciones.
(Diana María Ivizate González, Eva en el páramo. Paisajes de mujer / Womanlands. Madrid, Editorial Verbum, 2010)
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